Debilitados por la caída de las ventas en papel y los ingresos publicitarios, la prensa escrita se encuentra sumida en una grave crisis. Son varias las situaciones que se están produciendo, desde el cierre de cabeceras a su compra por grandes millonarios de los que malamente podemos esperar una defensa de un periodismo independiente. En cuanto a los profesionales, la sangría de despidos en interminable. Mientras tanto, los gobiernos, en su línea dominante neoliberal, no muestran preocupación alguna, sabedores de que a menos cabeceras y más concentración más facilidad habrá para conseguir una prensa sumisa. Ante ello, están surgiendo en todo el mundo numerosas experiencias e iniciativas que vale la pena analizar.
La francesa Julia Cagé ha escrito Salvar los medios de comunicación (Anagrama, 2016) donde, tras exponer la situación, propone una salida. La autora nos muestra una realidad de medios de comunicación que no se sostiene con el modelo del pasado siglo, es decir, el de ingresos por publicidad y venta de ejemplares.