Toda la izquierda y el republicanismo español ha salido pidiendo que Sofía de Borbón se calle, tras sus declaraciones homófobas, creacionistas y antiabortistas, hasta la imagen de Rebelion.org del 1 de noviembre sugería “Sofía por qué no te callas”. Yo, en cambio, como sigo reivindicando la igualdad de derechos de todas las personas, creo que no se le puede negar que opine sobre lo que considere y lo exprese. Eso está considerado un derecho fundamental para cualquiera desde 1948.
Otra cosa es que ella sea calificada reina de España, por haberse casado con un tipo que es rey y jefe de Estado por ser hijo de quien es sin que nadie lo haya elegido. Según afirman, eso le impide el uso y disfrute del derecho fundamental de opinión y expresión. Lo inquietante es que la sumisión mental de los ciudadanos impida llegar a la conclusión de que la opción lógica ante esa disyuntiva, es que no sea reina, o sea, que no haya reyes ni monarquías. De esa forma, ni habrá privilegios ni limitaciones, es decir, lo que algunos ya inventaron en la revolución francesa que aquí parece que ni llega ni quieren comprender. Dice un proverbio chino que cuando el sabio señala la luna el necio mira el dedo, es lo que están empeñados en que hagamos.