La Fundación del Español Urgente, ha propuesto entre los candidatos a ser palabra del año 2017 el término “noticias falsas”. Esta fundación elige desde hace cinco años, entre los términos a los que dedica sus recomendaciones diarias, la palabra más significativa del ejercicio por ser especialmente dudosa o de gran interés informativo. La primera de ellas fue, en el 2013, “escrache”, a la que siguieron”selfi” (2014), “refugiado” (2015) y “populismo” (2016).
La llegada de Internet y la explosión de las redes sociales ha provocado más que la democratización de la información, la democratización de la desinformación. Las noticias falsas o bulos están manteniendo a gran parte de la población en un remolino de mensajes absurdos y mentiras que nos ha llevado a un nivel de inseguridad informativa sin precedentes. Nunca hubiéramos imaginado que la desinformación nos viniese a llegar precisamente por esta sobredosis de información. Lo peor es que muchos ciudadanos forman parte activa de la operación desinformativa haciendo circular en sus grupos de wasap denuncias absurdas de perfumes con los que te narcotizan para robarte, campañas para aprobar leyes que se votaron hace diez años, fotos con las que dicen mostrar que tal o cual político está haciendo un saludo nazi o peticiones de solidaridad urgente sobre casos que llevan una década dando vueltas en las redes. El I Estudio sobre el impacto de las Fake News en España recoge que el 60% de los entrevistados se ha creído alguna vez un bulo y el 4% reconoce haber creado alguna vez una noticia falsa. Otro dato preocupante es que el 60 % cree que sabe detectar las noticias falsas pero la realidad es que solo el 14% las diferencia.