La organización Reporteros sin Fronteras ha emitido un comunicado referente al referéndum boliviano del 25 de enero para ratificar la nueva Constitución. En él hace referencia a la aparición del periódico de propiedad pública Cambio en este país. Dicen así:
“El actual desarrollo de los medios públicos – y entre ellos un diario – hace temer la aparición de una prensa estatal, que estaría subordinada al poder. Una nueva prensa pública no puede identificarse con una prensa del Estado, destinada a replicar con las mismas armas los ataques de una parte de la prensa de oposición. Sin embargo, la promoción de ese tipo de prensa no tiene, en sí misma, nada de ilegítimo, siempre que las autoridades den garantías acerca de su independencia”.
Celebro que al menos no consideren ilegítimo que los Estados pongan en funcionamiento un medio de comunicación público, sin embargo, resulta curiosa su preocupación. Les molesta que ese medio público pudiese “ replicar con las mismas armas los ataques de una parte de la prensa de oposición”. En ese caso, deberían pedir medidas legales para impedir el uso de las citadas armas por parte de la oposición, si no lo hace, es más a buen seguro lo condenaría, es miserable por su parte criticar que desde el gobierno se defiendan. Piden también que se “den garantías acerca de su independencia”. ¿Tienen independencia los privados? El discurso neoliberal lleva décadas presentando a los medios privados como independientes frente a los públicos, a los que consideran oficialistas o gubernamentales. No seré yo quien diga que en muchas ocasiones no lo son, o que está bien que lo sean, pero va siendo hora de terminar que esa consideración de independientes hacia los privados. Durante el primer gobierno de Silvio Berlusconi en Italia, en la medida en que era primer ministro y un magnate de la televisión controlaba el 85 de las emisiones televisivas del país. ¿Por qué eran medios independientes -utilizando la terminología habitual- los de su propiedad como Canal 5 y no los del Estado, como la RAI ? Como no podía ser de otra forma, en su campaña electoral le mostraron un apoyo más incondicional los de su propiedad que los públicos. También se han demostrado más independientes los públicos, puesto que han podido escaparse de su control tras un cambio de gobierno por voluntad popular.
El comunicado de Reporteros sin Fronteras, sin desearlo, pone sobre la mesa el gran debate sobre los medios de comunicación. O se establecen sistemas de control público que garanticen la pluralidad, la democratización y la participación social en los privados o los gobiernos están en su legítimo derecho –obligación diría yo- de crear un sistema paralelo que combata el privilegiado y exclusivo uso y abuso de la libertad de expresión que disfrutan los privados, su parcialidad informativa, su manipulación y su papel de actores políticos que no les corresponde.