El acto celebrado el martes 23 de enero en el hotel Continental en Madrid con el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, se convirtió en un montaje para embestir contra Hugo Chávez sin preguntas ni intervenciones que molestaran al colombiano.
Organizado por el BBVA y Europa Press, el público estaba integrado fundamentalmente por empresarios, representación diplomática en Madrid, algún representante de la administración –se encontraba el ministro Miguel Angel Moratinos- y de la judicatura –Baltasar Garzón-, y prensa.
La organización repartió una tarjeta para hacer sus preguntas al presidente colombiano, sin embargo argumentaron que había muchas y los encargados del protocolo las “fundieron” en tres, todas a ellas para insistir en su enfrentamiento con Chávez o recoger su comentario ante los “insultos” del venezolano. Preguntas –que las hubo- relacionadas con las ejecuciones extrajudiciales y el respeto a los derechos humanos por parte del ejército y el gobierno, nunca salieron a la luz.
Lo asombroso es que, a pesar de que no aceptaron más preguntas escritas, el organizador dice, sin invitación previa, que daba la palabra a dos periodistas para preguntar. Se trataba de Herman Tesch, de ABC, que preguntó insinuando la actitud poco virulenta con las FARC que tenía el gobierno francés y José Antonio Vera, directivo de La Razón, para hacerle la agradecida pregunta sobre su reelección. Como es sabido, ABC y La Razón son los dos periódicos situados más a la derecha en el espectro de la prensa española
Mientras las decenas de manifestantes, en su mayoría colombianos, que se concentraron en la puerta del hotel fueron disueltos por la policía bajo la amenaza de deportación.
