Estos días hemos asistido al remember de dos acontecimientos históricos sucedidos en el mundo comunista del siglo XX: las protestas de Tiananmen y el accidente de Chernobyl. No es objeto de mi reflexión discutir sobre la información que disponemos de aquellos acontecimientos, y la precisión o no de nuestro conocimiento. Lo que creo que sí vale la pena es observar la capacidad que tiene el mundo occidental y su maquinaria de información/entretenimiento/ideológica de convertir en actualidad acontecimientos pasados cuando le interesan, presentar el formato más atractivo de la historia y lograr que su versión desplace a cualquier discusión, debate o investigación sobre los hechos.