El fenómeno Trump no es solo político, es evidente que también está afectando al comportamiento de los medios. En unos tiempos en los que la espectacularidad, lo anecdótico, el mensaje breve y simplista domina la agenda, el presidente estadounidense comienza a marcar pauta en los estilos informativos. Su ya cotidiano formato de tuits diarios se convierten en referencia de culto para los medios. Años pensando los gabinetes de prensa cómo incidir con notas, convocatorias, dosieres, informes y cifras, y resulta que a golpes de 140 caracteres con mensajes descabellados puedes fijar la agenda informativa sobre tu presidencia.
Trump tiene garantizado el seguimiento de su agenda no solo por los medios, sino incluso por el resto de los políticos que buscan marcar distancia aunque en realidad sus políticas no varíen mucho. Así cuando el presidente estadounidense trataba el tema del muro con México apareció Mariano Rajoy para afirmar que “no cree en vetos ni fronteras”. Todos sabemos que España también pide visados a ciudadanos de muchos países o conocemos la situación en que se encuentran Ceuta y Melilla, y sus criticadas concertinas, que no son otra cosa que cuchillas para impedir el acceso de inmigrantes. O lo que dijo Pedro Sánchez ante el titular de Trump pidiendo más gasto militar para “volver a ganar guerras” respondiéndole con un tuit en el que se leía “Sr. Trump, créanme, la manera más segura de ganar guerras no es iniciar ninguna. Deja el mundo en paz. Gracias”. Un mensaje perfectamente válido para Hillary Clinton, Barack Obama o incluso su compañero de partido Javier Solana a cargo de la OTAN, pero solo se le ocurrió para dirigírselo a Trump.