Enfrentamos a un poder mediático altamente concentrado que a nivel global y en los espacios nacionales busca controlar las ideas, los deseos y la opinión pública, por lo cual ejerce una virtual represión ideológica contra cualquier lucha social. Es por eso que en nuestra lucha por una verdadera democracia, donde el pueblo realmente pueda participar activamente en la definición de sus destinos, reclamamos, en primer lugar, la democratización de los medios de comunicación.