Con motivo del último debate sobre el estado de la nación, se ha destacado que este acontecimiento, y en general el Congreso, está perdiendo interés para los ciudadanos a favor de los programas televisivos en los que se habla de política, los cuales ocupan el prime time de los sábados y calientan los mediodías. Como recordaba un diario, “el lugar donde se deciden las políticas atrae menos la atención que las mesas o sillones en los que dirigentes y candidatos explican sus planes o se pelean con un adversario político o un periodista” (Eldiario.es, 23-2-2015).