Que un posible acuerdo entre PSOE y Podemos, junto con una abstención de ERC, pueda permitir que haya Gobierno, es fácil que sea motivo de crítica desde los partidos de la derecha y, por supuesto, lícito. El problema surge cuando determinados sectores, con el apoyo de los medios, se arrogan la autoridad para considerar ese pacto ilícito y desautorizarlo.