Si en estos momentos viniese un extraterrestre a España, o sencillamente un extranjero que nada conociese de nuestra política, y viese las reacciones en medios, redes, mentideros políticos y ciudadanos ante la muerte de Julio Anguita pensaría en su liderazgo en alguna organización política de millones de seguidores.
Archivos mensuales: May AM
Precisamente en los momentos en que se registra en los juzgados de la Plaza de Castilla de Madrid una querella criminal colectiva contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por presuntos delitos de homicidio imprudente, trato vejatorio, prevaricación y denegación de auxilio, ocupa las portadas de la prensa y el ruido de las redes con una ridícula foto en plan Bernarda Alba y por sus comentarios de que el virus lleva en su nombre la letra D porque apareció en diciembre. Entre parecer tonta y teatral o que te acusen en los juzgados de homicidio, es evidente que todos preferiríamos lo primero, aunque lo segundo no se pueda evitar, al menos que no se hable.
Mucho se está hablando de cómo nos cambiará la vida en el periodo postpandemia. Que si el distanciamiento social, el fin de los actos de masas, el abandono de las ciudades, el teletrabajo... Pero yo quisiera enumerar todos los errores de nuestro modo de vida que han quedado en evidencia. Algunos son muy evidentes, se han señalado mucho y no merecen mayor reflexión, pero otros no tanto. Veamos:
En tiempos de pandemia toca replantear muchas cosas en todos los ámbitos. Desde nuestro sistema de consumo, a nuestro sistema de ocio, de producción y la política laboral. También el eterno conflicto entre público y privado donde, se vuelva a mostrar la importancia del sector público. Se habla mucho del impacto de la pandemia en el sector económico privado y, con especial preocupación, como es lógico, en los trabajadores. Cierres de empresa, ERTE, ceses de actividad, despidos, todo un catálogo de opciones preocupantes con las que se enfrentarán a la situación. ¿Pero qué pasa con los empleados públicos durante el estado de alarma y el confinamiento obligado?
Llevamos ya varios años con el asunto de las fake news y los bulos como tema de actualidad. En los medios, en Internet, en las redes. Como ya he señalado en alguna ocasión, las nuevas tecnologías no han servido para democratizar la información, es decir, no han servido tanto para garantizar el derecho a informar y estar informado y así democratizar la información; como para lograr que cualquiera pueda formar parte del sistema de desinformación.
Durante la pandemia del covid-19 hemos mirado a las grandes potencias o países más afectados para informarnos y conocer sus medidas, pero quizás podemos encontrar algún ejemplo interesante en otros países. Y uno de los países que siempre han dado buenos ejemplos a contracorriente de la línea dominante ha sido Cuba.