Para cuando esta columna sea pública ya se sabrán los resultados electorales de las elecciones presidenciales estadounidenses. Me he dado cuenta de que eso no afecta nada a lo que yo pueda escribir, en realidad lo que sucede es que ese resultado apenas cambia la gran política estadounidense. Mi novedad es que, durante esta campaña, no sé por qué razón he estado recibiendo en mi correo electrónico un bombardeo constante de publicidad electoral de la candidatura de Trump y, en lugar de denunciarla como spam, no he podido evitar la tentación de ir observando lo que iba diciendo.