Como todos los años, la revista Forbes vuelve a incluir al presidente cubano entre la lista de lo que ellos llaman “reyes, reinas y dictadores” más ricos. Por supuesto, todos lo medios se hicieron eco entusiasta de una noticia que se repite todos los años. Si uno busca en google news descubre que son un centenar de medios los que informan, no de la lista de gobernantes millonarios, sino de la presencia de Fidel Castro, aunque su lugar no sea el primero sino el séptimo. Lo cual lleva a la conclusión de que si no estuviese el presidente de Cuba en la lista, dejaría de ser noticia el patrimonio de esos ricos.
Este año dicen que su fortuna es de 900 millones de dólares, casi el doble de los 550 del año pasado. Y, como en otros años (1), es importante que vayamos a la fuente original y observemos como calculan el dinero de Castro, según afirman en la página web oficial de Forbes. Dice textualmente (2) en inglés: “En el caso de Fidel Castro, otro controvertido dictador, asumimos que tiene el control de una red de compañías estatales que incluye el Palacio de Convenciones (un centro de convenciones cercano a La Habana), Cimex (un conglomerado de ventas al por menor) y Medicuba (que vende vacunas y otros fármacos producidos en la isla)”. Efectivamente, el presidente del país tiene el control de las compañías estatales, como en todos los países. Aunque aquí ha variado la tesis de Forbes, porque el año pasado decía que las empresas eran propiedad de Castro.
Continúan: “Ex funcionarios cubanos insisten en que Castro, que viaja exclusivamente en una flota de Mercedes negros, se ha apropiado de los beneficios de esos negocios a lo largo de los años”. Todos los cubanos saben que viaja en un Mercedes Negro de más de veinte años, y que va acompañado de los coches de sus escoltas, como todos los presidentes, en especial los que Estados Unidos ha intentado asesinar. En la mayoría de los países un Mercedes es lo que tienen todos los ministros y muchísimos empresarios y bastante menos antiguo que el de Fidel Castro. El razonamiento de que ex funcionarios dicen que “se ha apropiado de los beneficios” como prueba de la riqueza es una afirmación gratuita sin valor ninguno. No será de los beneficios que produce el Palacio de Convenciones, donde sólo se celebran actos públicos y el único dinero que circula ahí es el peso cubano que cuesta un café en el bar. En cuanto a Medicuba y Cimex, como ya señalé el año pasado (1) en respuesta al mismo argumento de Forbes, son empresas públicas que comercializan con productos de la isla. En ningún registro o documento se refleja que sea propiedad del gobernante, todos los países tienen empresas públicas.
Ahora viene el reto para Forbes, ¿de cuánto se ha apropiado el presidente? Así afirman haberlo calculado: “Con vistas a obtener una cifra neta hemos utilizado un método en el que se descuentan las entradas en dinero líquido para evaluar tales compañías y luego hemos asumido que una parte de ese flujo de beneficios se lo queda Castro”. Pues entonces en lugar de 900 millones podrían haber puesto el doble, al fin y al cabo se trataba de calcular la “parte de ese flujo de beneficios” que les parecería oportuna para decir que se la “queda Castro”. Probablemente la dirán el año que viene y podrán ofrecer como noticia que su riqueza es el doble.
Aclaran después que “tratando de ser conservadores hemos evitado estimar cualquier beneficio que pueda haberse embolsado en otras épocas, incluso si existen rumores de que posee grandes cantidades en cuentas bancarias suizas. Castro lo ha negado públicamente y ha insistido en que no posee nada”. Precisamente lo que deberían haber detectado si estuviesen en condiciones de demostrar su fortuna era el dinero en una cuenta bancaria a su nombre, o propiedades en las que figure como titular o usufructuario. Extraño millonario este del que no constan joyas, yates, mansiones o vacaciones esquiando o en la playa.
Tras leer el método de cálculo se observa que ni tienen constancia de dinero alguno en ninguna cuenta, ni propiedad a su nombre. Eso sí, tiene 900 millones de dólares. Ya en 2003 la revista estableció el patrimonio de Fidel Castro en 110 millones de dólares. Entonces la letra pequeña de su web señalaba que como la "la estimación de estas fortunas es un asunto muy complicado", habían calculado la riqueza personal del presidente cubano considerando suyo un porcentaje del producto interior bruto (PIB) del país. Así de sencillo.
La noticia da mucho juego en los medios. La agencia Reuters comienza su teletipo diciendo que “el presidente cubano, Fidel Castro, se enfureció cuando la revista Forbes estimó su fortuna en 550 millones de dólares el año pasado”. Varios párrafos más adelante el mismo teletipo dice que “Castro había declarado que estaba considerando poner una demanda después de que Forbes publicara su lista de 2005, y se rió entonces de que su fortuna era parecida a la de la reina de Inglaterra”. O sea que se enfureció y se rió al mismo tiempo. Esos comentarios los hizo en un acto en el Palacio de Convenciones –ese con el que parece que se hace rico- antes miles de cubanos, y efectivamente, yo estaba presente, ironizó con que le adjudicaran una fortuna similar a la monarca británica y afirmó reservarse tomar alguna iniciativa contra la revista.
Este año parece que Castro estaría muy por encima de la monarca británica. Pero nos enteramos por los medios que a la reina Isabel no le incluyen como propiedad el Palacio de Buckingham ni las joyas de corona. En cambio Fidel Castro consigue 900 millones con los rendimientos de un Palacio de Convenciones donde sólo hay actos del Estado y se entra gratis.
Y es que si Fidel Castro en lugar de ser un presidente socialista empeñado en compartir su Palacio de Convenciones con los cubanos fuese un capitalista con cincuenta mil millones de dólares como Bill Gates recibiría en España el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación.
(1) La revista norteamericana le asigna un patrimonio de 550 millones de dólares
Forbes y la fortuna de Fidel Castro
(2) http://www.forbes.com/billionaires/2006/05/04/rich-kings-dictators_cz_lk_0504royals.html