La decisión, el pasado 6 de diciembre, del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer la ciudad de Jerusalén como capital de Israel ha supuesto un terremoto político en el mundo y, en consecuencia, en los medios de comunicación. Probablemente el conflicto árabe-israelí sea el asunto internacional que, a pesar de su constante presencia en los medios, haya sido menos explicado y comprendido por las audiencias. La razón es que el modelo informativo que se aplica es dejar arrastrarse por la urgencia y la espectacularidad del último hecho y olvida el contexto y los antecedentes necesarios para comprender lo sucedido, el caso de la televisión es especialmente grave.