A muchos lectores les resultará familiar ese mantra que considera a los medios de comunicación privados como independientes y a los medios públicos como oficialistas. La idea evoca que los gobiernos controlan los medios públicos, pero no los privados, los cuales operan con un periodismo libre e independiente. La pasada semana se conocieron datos muy elocuentes sobre el destino de la publicidad institucional de algunas administraciones públicas que destapa precisamente lo contrario: todo un sistema de connivencia entre gobernantes y medios privados. Según la información proporcionada por la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid al diputado de Podemos Hugo Martínez Abarca, quien realizó una petición de información a través de la Asamblea Regional, pudimos saber que Esperanza Aguirre e Ignacio González favorecieron con dinero de la publicidad institucional a aquellos medios conservadores afines a los expresidentes madrileños. Lo hicieron a través de las consejerías, desde el Canal de Isabel II y del Metro. El diario La Razón, ni mucho menos el periódico más leído, pero sí el más cercano políticamente, recibió entre 2011 y 2015 el 60% del presupuesto de los anuncios en prensa escrita de la empresa pública que depende de la Comunidad de Madrid: 1.003.918 euros.