Poco antes del inicio del ataque a Iraq, sale a la luz la obra «Iraq: un mar de mentiras», un recopilatorio de siete autores donde analizan la crisis –utilizando el eufemismo del presidente español José María Aznar- que a los pocos días se convirtió en simple y llana invasión y ocupación.
La obra tiene sus luces y sus sombras. Luces, como la presencia de autores árabes, tan poco presentes entre los analistas más difundidos, o la existencia de una interpretación que va más allá de Iraq y se ocupa de todo el Oriente Medio. Sombras, como la inevitable repetición de reflexiones y datos en los textos de los diferentes autores, algo imposible de evitar al convocar a varios especialistas bajo una misma temática. Otro problema al que se tiene que enfrentar el texto es la velocidad de los acontecimientos. Menos de un mes después de su edición, la sombra bastante certera de una guerra era ya la consumación de una invasión. Y aunque todos los autores daban por inevitable la guerra, los acontecimientos les han desbordado. Son sombras que también nos han afectado a los autores y compiladores de otros libros, como «Washington contra el mundo» (Foca y www.rebelion.org) .
Pero quisiera destacar la aportación de cada uno de los autores. El jordano Ahmed Hijary y director del portal electrónico www.mundoarabe.org, en el capítulo que da nombre al libro, nos aporta una valiosa información sobre los intereses petroleros del entorno político de George Bush, desvela las redes del lobby israelí instalado en el poder norteamericano y analiza el papel de la religión en las decisiones del gobierno norteamericano. Asimismo, también hace su aportación sobre el papel de los presidentes europeos que han apoyado a EEUU.
Por su parte, Oscar-René Vargas nos ofrece –en algunos momentos casi nos abruma- valiosos datos sobre la producción y el consumo mundial de petróleo, sus perspectivas y las intenciones norteamericanas.
El palestino afincado en España Said Alami, bajo el contundente título «El sionismo aniquilidor» arremete con acierto contra las constantes mentiras de Washington. Mentiras sobre la primera guerra del Golfo, sobre la capacidad militar iraquí antes de la actual agresión, sobre Afganistán, sobre Argelia, sobre la autoría de los atentados del 11-S, sobre Al Qaeda. Alami repasa la trayectoria personal y política de Sadam Hussein para demostrarnos el constante apoyo que tuvo de la Administración norteamericana, no sólo durante su gobierno sino para su llegada al poder. El cinismo de EEUU se resume en este magistral párrafo: «Simultáneamente, en los años 80, Sadam y y Ben Laden defendían con las armas (angloamericanas), los intereses de Washington y Londres, el primero, laico, contra los fundamentalistas de Irán y el segundo, fundamentalista, contra los comunistas de Moscú, en territorio afgano y contra los intereses del pueblo afgano».
Tanto Alami como más adelante Waleed Saleh insisten en la campaña mundial para satanizar al mundo musulmán, «un auténtico genocidio mediático contra los musulmanes de todo el mundo». La amenaza sionista y el proyecto de la creación de un Gran Israel sobre la tierra y, al parecer, también los cuerpos, del mundo árabe es una angustia constante en todos los analistas árabes. Para este autor, incluso el origen de la guerra es fundamentalmente el interés de Israel por dominar la región. La posesión de doscientas bombas atómicas, la ocupación simultánea de territorios de cinco países de la región, la impunidad para utilizar armamento prohibido y burlar las resoluciones de la ONU, son datos aportados para defender esta tesis.
Fernando Montiel, bajo el título «¿Habrá paz en Oriente Medio?», maneja un panorama novedoso. Para Montiel, el interés de EEUU por Iraq no es tanto para resolver sus necesidades energéticas, sino para asfixiar a otras potencias como Japón. También nos aporta una reflexión necesaria de los intereses y previsiones en el seno de la Unión Europea. Para este autor, Iraq habrá sido la víctima «humana»; Japón, la víctima económica y Europa, la víctima política. Por supuesto, también quedarán muchos otros «daños colaterales»: Rusia con sus contratos petroleros con Iraq convertidos en papel mojado y, por supuesto, la ONU.
Una aportación original de Montiel que no quiero dejar pasar es la aparición, entre tanta sintonía, de una discrepancia entre Israel y EUU, Arafat.
Será el iraquí Waleed Saleh Alkhalifa quien nos recuerde el triste pasado reciente del mundo árabe. Parece que también para Oriente Medio sirviese aquella expresión de «pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos». A Oriente Medio de nada le ha servido estar lejos de EEUU y de Occidente. Regímenes dictatoriales con el beneplácito de las potencias occidentales, «compra desproporcionada y exagerada de armas», petróleo que no beneficia a los países productores… «En la década de los ochenta y parte de los noventa más del 40 % del comercio de armas de todo el mundo se ha dirigido a esta zona», nos recuerda. Por supuesto, ya sabemos quien era el vendedor. Saleh también dedica algunas páginas a los factores sociales que asolan el mundo árabe. Por ejemplo un analfabetismo, una pobreza y una marginación que arroja a hombres y mujeres a los brazos de la religión. Si para el autor la primera guerra del Golfo insufló poder al islamismo, no es difícil prever que esta invasión aún le dará más. Mientras tanto, en Occidente se sigue «vinculando el nombre del Islam y de los árabes con el término del terrorismo que se ha convertido en el patrimonio únicamente de los árabes y musulmanes». Para el autor, fue preocupante como los europeos apoyaron la acción militar en Afganistán. La satanización del taliban fue tan brutal que se convirtieron en entes deshumanificados a las que parecía que no correspondía derecho a la vida. Saleh nos recuerda «que las distintas religiones y en diferentes circunstancias han sido utilizadas con fines políticos, sociales y económicas».
Pero lo más interesante es la salida que aporta el autor. Más allá de las políticas de agresión que sufra el mundo árabe, «es imprescindible que surja una especie de revolución cultural y socio-política parecida a la revolución francesa, con el fin de acabar con la corrupción y para abrir las puertas a la libertad de pensamiento y la libertad ideológica».
Su diagnóstico sobre las sociedades árabes es importante: «Las lamentaciones y los reproches a los demás no les llevan a ningún sitio. La represión política e ideológica que vive la mayoría de estas sociedades, es la principal responsable de la incapacidad y retraso que padecen hoy en día».
Nuestro libro se cierra con el texto de Ignacio Gutiérrez de Terán, de cuyo talento y capacidad de trabajo tengo un gran recuerdo durante diez días compartidos en el Líbano. Este arabista repasa el papel de los países de Oriente Medio en la crisis de Iraq. Rodríguez de Terán es de los que piensan que no es el petróleo el motivo de la invasión de EEUU a Iraq. Los iraquíes expresaron su disposición a abastecer a EEUU, el precio del crudo no está bajo el control de los países productores y en la actualidad son las multinacionales quienes acaparan la explotación y comercialización del petróleo. Para el autor, el «objetivo primordial de toda esta campaña (…) es asentar el control hegemónico de los EEUU en un radio de acción que se extiende desde Palestina hasta la península de Corea y asegura que tal control permanezca durante bastante tiempo». Otra motivación que nos plantea Rodríguez de Terán es la necesidad de la industria armamentística norteamericana de darle uso a los 291.000 millones de dólares de gastos militares del año 2002 y los 378.000 presupuestados para este año. Para terminar se repasa cuál es el papel y el futuro de los diferentes actores de la región: kurdos, Turquía, Irán, Arabia Saudí y Palestina. La difícil compaginación de los intereses kurdos y turcos, la contradicción iraní entre su rechazo a Sadam y su rechazo a EEUU, el seguidismo saudí de la política de EEUU, la esperanza más ingenua que fundada de Irán y Arabia Saudí de que no están en los planes de hegemonía de EEUU y de que podrán beneficiarse de la deflagración del régimen iraquí y el eterno perdedor en todas las crisis de Oriente Medio, el pueblo palestino, son las grandes aportaciones de Ignacio Rodríguez al análisis de la situación y perspectivas en la región.
«Iraq: Un mar de mentiras». Ahmed Hijary, Oscar-René Vargas, Said Alami, Fernando Montiel T., Waleed Saleh Alkhalifah, Ignacio Gutiérrez de Terán. Ediciones Olivum. www.elpuntual.comelpuntual@elpuntual.com