Pocas personas sabrán que para el cálculo de esa cifra mágica que tanto reverencian economistas y gobiernos que es el Producto Interior Bruto (PIB) se considera positivo, por ejemplo, un incendio forestal porque permitirá recoger alguna madera y se gastarán recursos en los trabajos de extinción y luego reforestación. O una epidemia sanitaria, porque aumentará la producción de medicamentos y gastos sanitarios. Estos dos casos ayudarán a aumentar el PIB de un país. En cambio, destinar recursos humanos a un programa de alfabetización o de educación sanitaria apenas mejorará la dichosa cifra macroeconómica.
El presidente del Instituto Nacional de Estadística español, Jaume García, ha revelado nuevas “prestaciones” del parámetro que nos ocupa. Según señaló en una entrevista al diario económico Cinco Días el 20 de octubre, ahora también el PIB contabilizará la prostitución y el contrabando". Así lo explicaba: “hay algunos ámbitos, como el de la economía ilegal, hablamos de prostitución, contrabando y tráfico de drogas, que de forma explícita a fecha de hoy no forman parte del PIB, aunque en el reglamento están contempladas. Por dificultades metodológicas, ningún país de la UE las incluye, pero está previsto que en un futuro no muy lejano, aprovechando el cambio de base, se puedan incorporar, contabilizándose en el PIB. Son tres sectores no despreciables de ámbito económico, de difícil medición, aunque alguno de ellos parcialmente seguro que está indirectamente recogido en lo que es la información del PIB”. De modo, que cuando leamos que este o aquel país ha mejorado su Producto Interior Bruto, quizás se trate simplemente de que ha aumentado el tráfico de drogas o la prostitución, los incendios han devastado su foresta o ha sufrido una epidemia de malaria. Ahora ya sabemos qué valor debemos darle a las cifras macroeconómicas que gustan tanto de exponernos.