Estamos comprobando en el desarrollo de las últimas polémicas políticas que lo que se debate no son ideas, ni programas, ni propuestas. Se trata solo de choques entre bulos y realidades, y de competencias por construir el relato, es decir, porque tu interpretación, tu historia, tu versión sea la que triunfe entre la población.
El ejemplo más reciente y elocuente es la polémica en torno a las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas. Tenemos un choque entre la realidad de unas declaraciones y el bulo creado por algunos medios y explotado por la derecha. No voy a extenderme en el contenido de las declaraciones porque se ha hablado y escrito suficiente, lo que considero que vale la pena reflexionar es sobre la segunda parte de la historia: el balance de qué relato ha triunfado entre los ciudadanos, el de los defensores o los detractores del ministro. Porque aquí, desgraciadamente, no se trata de quién tenía la razón y decía la verdad, sino de quién ha ganado el famoso relato, quién ha logrado que su versión y su discurso haya sido el hegemónico.