El desarrollo del proceso de desescalada y la puesta en marcha de lo que se ha denominado “nueva normalidad” nos ha permitido apreciar el comportamiento de los diferentes sectores económicos. Por ejemplo, hemos comprobado cómo los gerentes de las salas nocturnas han pedido comenzar con su actividad al ser uno de los negocios más restringidos. Sucedió lo mismo como con los clubs deportivos que han presionado para lograr que el público pueda asistir a los grandes acontecimientos deportivos. Por supuesto los hoteles de las zonas de turismo internacional también han apremiado al gobierno para que se permitiera la entrada de turistas extranjeros.
Archivos diarios: 6 de agosto de 2020
Recientemente estoy observando varios llamamientos y manifiestos destinados a apelar a los políticos a que abandonen la crispación y el tono de confrontación y retomen un estilo dialogante y respetuoso. También hasta ahora han sido recurrentes las críticas a actitudes partidistas que anteponían el interés electoral y la búsqueda de los votos al compromiso con una política constructiva pensada para los ciudadanos. No parecía que se pudiera objetar nada en contra. Sin embargo, yo sí lo quisiera hacer.
Hemos comparado titulares y fragmentos de la noticia de la huida de Juan Carlos de Borbón según se publicaran en los medios de papel españoles o extranjeros
La primera vez que vi a Eusebio Leal fue en octubre de 2003 en ciudad de México. Se inauguraba el primer Encuentro en Defensa de la Humanidad e iban siempre juntos Eusebio Leal y el escritor y periodista Lisandro Otero, tristemente fallecido cinco años después. Dos gigantes de la intelectualidad cubana que se movían por el Polyforum Cultural Siqueiros con la discreción de sus sobrios trajes, su conversación serena y su amabilidad exquisita. Todo ello pura cubanidad. Fue entonces la primera vez que escuché hablar a Eusebio Leal, era la perfecta combinación de erudición, amenidad y humildad. Tres cualidades que hasta entonces nunca pude imaginar que fueran compatibles.
Pasó desapercibida una Proposición de Ley Orgánica de Vox sobre "regulación parcial de la verificación de noticias falsas en redes sociales, blogs, sitios web en general y medios de comunicación impresos, digitales y audiovisuales".
Presentada por Iván Espinosa de los Monteros y de Simón el pasado 18 de julio, la propuesta es, sencillamente, crear una legislación que, en lugar de perseguir bulos, persiga a quienes los desmientan. Así, como lo oyen, no les basta con mentir con impunidad, quieren que la ley prohíba que los periodistas destapen su bulos.
Hubo un tiempo en que entendíamos que la defensa de la libertad de expresión o la actuación contra delitos que se escudasen en ella correspondía a los poderes públicos. Partíamos de la base de que los poderes públicos, es decir, las instituciones creadas por el Estado democrático, respondían al interés colectivo y se enfrentaban a los intereses particulares de empresas, corporaciones o lobbys que actuaban por intereses particulares o económicos.
Con el asunto del boicot a Facebook por parte de decenas de grandes marcas nos quieren convencer precisamente de lo contrario: de que son esas grandes empresas las que velan por que disfrutemos de un ecosistema informativo saneado.
La sala principal de actos de la Escuela de Técnicas Aeronáuticas (ESTAER) del Ejército del Aire, centro docente militar situado en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, donde se forman sus oficiales ingenieros e intendentes, ha sido denominada “Capitán Barreiro y Teniente Ríos” en homenaje a estos dos militares. Se trata del capitán Manuel Barreiro Álvarez y el teniente Julio Ríos Angüeso, ambos oficiales que fueron abiertamente partidarios del golpe de estado franquista de 1936.
La llegada de una pandemia, con lo que supone de que nuestra salud se vea condicionada al comportamiento del resto de las personas, nos sitúa, una vez más, ante el debate sobre la prioridad entre derecho individual o derecho colectivo. En unos tiempos en los que el individualismo no deja de ganar terreno y lo colectivo se va abandonando, la tesis de que "o nos salvamos todos o no se salva ni Dios, que parecía tomada de una arenga comunista, resulta que se ha convertido nada menos que en imperativo científico.